LOS 33 EN IMAGENES
LOS 33 EN IMAGENES
El jueves 5 de agosto del 2010, el norte de Copiapó, donde comienza el desierto de Atacama chileno, a las 14:00 se derrumbó el socavón a una profundidad de los 700 metros. Era centenaria y tenía una autorización precaria para operar buscando cobre y oro hasta los 400 metros. Un total de 33 mineros quedaron atrapados bajo una inmensa toneladas de rocas. Intentaron huir por lo que se llama La Chimenea, que es el escape natural que tienen las minas, pero iban trepando con pies y manos y cuando ya veían la luz del cielo, también se le derrumbó. Buscaron cobijarse en un recodo acomodado para refugio natural con casi nada de víveres y agua que corría de las lágrimas, como le dicen a la que escurre entre las rocas. Los dueños dieron una alarma bastante tardía. Un mes antes a un operador le había caído una loza de 7 toneladas y amputado una pierna. Los primeros operativos de rescate rebotaron no sólo con los derrumbes, sino con la amenaza de nuevos derrumbes. Todo Chile se estremeció y el gobierno tomó cartas en el asunto en medio de un clamor general. Iniciaron varias perforaciones al tuntún porque los planos que había eran viejos y desacertados. El 22 de agosto, cuando ya se llevaban 18 días y todo cálculo racional decía que había que darlos por muerto, una sonda recibió señales de vida y en un trozo de papel, escrito con marcador rojo, una leyenda que circularía a los pocos segundos por todo el mundo: "ESTAMOS TODOS BIEN EN EL REFUGIO". 33 caracteres que fueron calificados de milagrosos. Por los pequeños orificios de las sondas comenzó el envío de agua, alimentos y remedios. Algo de ropa, aunque allá abajo, a 36º promedio, con el agua hasta la rodilla, los hongos y la falta de higiene empezaban a hacer estragos. El miércoles 13 de octubre, casi a la medianoche, luego de un día sin parar con una cápsula construida especialmente con asesoramiento de la NASA, se los sacó de un recoveco que había hecho las veces de taller, situado a 622 metros de profundidad. Chile y el mundo los empezó a conocer como LOS 33. Esta es una historia en imágenes de la epopeya, el drama y la precariedad que siempre se trabajó en los socavones.
CON LOS PAYASOS SIEMPRE AL FRENTE
CON LOS PAYASOS SIEMPRE AL FRENTE 
 
Rolly se llama el personaje. Ningún periodista extranjero consignó su verdadero nombre. Como cada cual se largaba a la mina aunque no tuviera un pariente o un amigo, sino a tratar de hacer lo que se supiera y se pudiera, Rolly fue todas las tardes la alegría de los chicos. De los chicos de viejo porque se matriculaban de 85 para abajo y reírse con lo que la humanidad de viene riendo desde siempre.